Anecdotario de un librero en el Carrer de la Verge

Ayer, a las tres de la mañana, me llamaron de The Tokyo Times para ofrecerme una columna en este prestigioso diario japonés. Parece que alguien en la isla del Pacífico entró a la web de la Lata para comprar un libro de Rubén Darío y casi sin querer fue a parar al blog donde se pueden leer mis anecdotarios.

La felicidad no me dejó volver a dormir. Pero esta mañana me enviaron el contrato donde dice que mis futuros textos sólo podrán ser publicados en el diario, traducidos al japonés, desde luego, y que ya no podré subirlos al blog de la librería.

Al mediodía, sin haberlo pensado demasiado, les contesté:

Queridos amigos de The Tokyo Times,

Les agradezco la generosa oferta y el interés por traducir mis anecdotarios a un idioma tan importante y con una historia tan rica como el suyo. Sin embargo, me debo a mi público. Son estas personas, latinoamericanas y también del país que ahora habito, quienes me esperan afuera de la librería cada tarde para sacarse una foto conmigo o para que les firme la espalda o alguna camiseta. Son ellos quienes acampan toda la noche en el Carrer de la Verge esperando que sean las diez de la mañana para que Lata Peinada abra sus puertas y así poder abrazarme. Aunque por estos días nos saludamos con el codo, y luego se van felices a sus casas a contarle a sus amigos, familiares o compañeros de piso que me han visto en persona.

También, gracias a ellos empecé a viajar en Business, abandonado para siempre la Clase Turista.

Queridos amigos japoneses, yo no voy a renunciar. Siempre estaré junto a mi público. Sin embargo, si le hacen un par de modificaciones al contrato, podemos volver a hablar.

Saludos