Hoy no quiero matar a nadie

Hace frío, son las seis veintitrés de la mañana, es recién martes y Santiago Quiñones no tiene ganas de matar a nadie.

El problema es que es policía.

Y está a punto de enfrentarse a una banda de maleantes peligrosos pero inexpertos que hacen todo mal.

El tiroteo es el inicio de una serie de peripecias en que el protagonista nos llevará por las calles del centro de Santiago tras una mujer tan seductora que lo enredará en una oscura estafa.

El relato policial se adentra cada vez más en los bajos fondos de la ciudad, allí donde la fuerza de los hechos es incontestable y se desbarata cualquier sueño posible.

La atracción hacia las mujeres y el sexo en el corazón del relato conducirán al lector por caminos insospechados y extrañamente tragicómicos.

LA SERIE SANTIAGO QUIÑONES Por las calles del centro de la ciudad de Santiago de Chile van los pasos de Santiago Quiñones.

Un policía demasiado sensible para el trabajo sucio que le toca hacer.

Más cerca a veces de los delincuentes que de sus compañeros de armas, Santiago no discrimina.

Sabe que a uno y otro lado existen los mismos peligros, y que nadie está libre de caer en la gran moledora de carne que es el mundo.

Apurado muchas veces por la coca, Santiago se equivoca más que lo que acierta y no puede evitar ponerse del lado de los más débiles, aunque esto signifique burlar las leyes.

Su novia Marina intenta sostenerlo y salvar una relación que naufraga constantemente, pero Santiago es un policía que va cayendo por la vida, sin acabar nunca de estrellarse.

No es un buen hombre, tampoco tan malo, solo que quizás nunca dejó de ser ese niño callado y algo triste que aún no termina de comprender del todo cómo funciona este intrincado mundo nuestro.

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