Íntimas juega con dos espacios narrativos: el privado, impuesto socialmente a las mujeres, y el público, reservado a los hombres.
Las relaciones entre hombres y mujeres fracasan debido a la exigencias inherentes a sus roles en una sociedad de cánones rígidos y estructuras que aprisionan.
Adela Zamudio desafía el orden establecido y eleva a las mujeres a un lugar de donde arbitrariamente han sido excluidas.
Con la publicación de Íntimas en 1913, la autora, en su primera novela, inaugura la tradición feminista en Bolivia.