Lo que no tiene nombre

¿Hasta dónde puede llegar la literatura? En este libro dedicado a la vida y la muerte de su hijo Daniel, Piedad Bonnett alcanza con las palabras los lugares más extremos de la existencia.

¿Hasta dónde puede llegar la literatura? En este libro dedicado a la

vida y la muerte de su hijo Daniel, Piedad Bonnett alcanza con las

palabras los lugares más extremos de la existencia. La naturalidad y la

extrañeza conviven en sus páginas igual que en su mirada conviven la

sequedad de la inteligencia y el latido más intenso de la emoción.

Buscar respuestas es sólo un modo de hacerse preguntas, de negociar con

las preguntas, de saber cuántas preguntas caben en una obsesión.

Reseñas:

«Yo he aprendido con este libro despiadado de Piedad, que no hay consuelo. Y que sin embargo vale la pena escribir que no hay consolación. ¿Por qué vale la pena? Creo que vale la pena de decirse, de escribirse, porque es verdad.»

Héctor Abad Faciolince

«¿Hasta dónde puede llegar la literatura? En este libro dedicado a la vida y la muerte de su hijo Daniel, Piedad Bonnett alcanza con las palabras los lugares más extremos de la existencia. La naturalidad y la extrañeza conviven en sus páginas igual que en su mirada conviven la sequedad de la inteligencia y el latido más intenso de la emoción. Buscar respuestas es un modo de hacerse preguntas. También es una forma de seguir cuidando al hijo más allá de la muerte. La gran literatura convierte la historia personal en una experiencia humana colectiva. Por eso este libro habla de la fragilidad de cualquier vida y de la necesidad de seguir viviendo.»

Luis García Montero

«El dolor de la madre es aquí, por desgracia y también por milagro, tan infinito como el oficio de la escritora. Su doliente serenidad para nombrar lo innombrable, para narrar la peor de las pérdidas, provoca una admiración que es, a partes iguales, de índole personal y estética. “El pensamiento no se acalla”, leemos. Tampoco la literatura, capaz de llegar allí donde la vida nos s

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