A nuestro modo de ver, la humildad o la postura de quien se dice uno que no sabe después de treinta años cultivando un pensamiento a través del psicoanálisis y la filosofía defendido en notables ensayos y vehementes conferencias otorga al autor el suficiente crédito como para que podamos considerar estos XXXIII poemas sus versos sacros.
Eso sí, en su versión más callejera y mundana.
Los lectores habituales de Jorge Alemán están más habituados a navegar por otros mares, donde Heidegger y Lacan van dejando su estela.
En NO SABER, Alemán da rienda suelta a su pasión por la escritura.