La voluntad es dibujar un ida y vuelta entre las narraciones y los espacios, las estructuras y la geografía. Tomamos el territorio como un espacio vivo con información y lo pensamos como productor de dinámicas que habitamos al mismo tiempo que nuestras propias dinámicas lo moldean. La idea es crear nuevas estructuras narrativas que den cuenta de la singularidad del material con el que trabajamos.