Quiero más followers, le dije a mi representante. A la media hora lo eché.

Esta librería tiene más de veintitres mil seguidores y mis anecdotarios nunca superan los 200 likes ¿Cómo puede ser? Entiendo que la gente esté ocupada en sus vidas miserables y no tenga tiempo de leer, o que piensen que no van a entender lo que escribo porque es muy complejo, como le pasa a muchos con Borges. Pero realmente es una lástima que pierdan el tiempo en mirar series, en tomar cervezas o en salir a comer. Esto es lo que importa, y tu like es muy valioso para mi ego, y si me ego está arriba estoy de mejor humor en la semana y paseo a mi perra con más ganas, escribo, no discuto con la policía y ni hablemos del bruxismo por las noches.
El ego es una trampa, me dice ahora una voz en mi cabeza. Comentario al que de inmediato respondo: no me rompas las pelotas. Pero esto es entre una de mis voces y yo.
A ustedes, les pido por favor que dejen algún comentario o que manden plata a mi cuenta para apoyar los anecdotarios (todo lo recaudado será destinado a comprar vino para las reuniones literarias) que haré en mi casa jajaja.
En fin, hagan lo que quieran, solo voy a decirles que no se están perdiendo algo fundamental, pero sí algo bueno.
Y me conozco, un día de estos me voy a cansar y no voy a escribir más. Y hasta puede que elimine todos los anecdotarios subidos al blog como reacción anarco poética. Incluso, podría llegar a incendiar la librería.
Por eso les digo, es ahora. Conéctense con lo que escribo, síganme en las redes y en las calles del barrio donde vivo, compren el póster con mi foto y péguenlo en alguna de las paredes de sus casas. Eso sí, no me abracen, aunque ya no voy con guardaespaldas, no sé cómo reaccionar ante una muestra de afecto. Pensé que era algo de todos los hombres, mi analista no está de acuerdo. Ahora que lo pienso, nunca le pregunté si lee mis anecdotarios. Si dice que no, probaré con un conductista para ver si, de paso, me animo a escribir una novela en vez de esto.

 

Ilustración: @twopiruben