Anecdotario de un librero

En esta edición especial de Vogue el librero más importante de Europa se confiesa.

Periodista: ¿Te ofrecieron dinero alguna vez a cambio de figurar en tus anecdotarios?

Librero: Te puedo decir que se me han acercado editores, escritores, jugadores del Barça y hasta políticos de izquierda, derecha, izquierda. No voy a dar nombres

P: ¿Cuánto llegaron a ofrecerte?

L: Muchísimo dinero. Y autos, relojes, animales. Uno hasta me dijo que por aparecer en mis anecdotarios vendía la casa.

P: ¿Qué le dijiste?

L: Que sí. Esta era su casa. Me mudé hace un año. Antes vivía en un penthouse por la Diagonal.

P: ¿Qué hacés en Lata Peinada, además de escribir anecdotarios?

L: Siguiente

P: ¿Podrías contarnos cómo se les ocurrió abrir una librería de literatura latinoamericana?

L: Ya lo conté en otra entrevista el año pasado. No me gusta repetirme, me hace sentir viejo. Quizás lo estoy, pero que no se note, ¿no? Jajaja

P: …

L: ¿Por que no te reís?

P: Discúlpame, no me di cuenta de que era un chiste

L: Ok. Sigamos.

P: Quería preguntarte si es verdad que el Ayuntamiento de Barcelona les dijo que si empezaban a tener autores catalanes en la librería los ayudarían con los impuestos.

L: Ese dato es falso: fue el Govern, no el Ayuntamiento. Y no fueron los únicos que nos ofrecieron algo por el estilo: varios gobiernos de países latinoamericanos, la mafia rusa y el estado de Texas también quisieron comprarnos o alquilarnos. A todos les dijimos que no. Con mi socia, además de nuestra librería, tenemos porcentajes en varias multinacionales. Creo que en algún viejo anecdotario hice referencia a una planta petrolera en Kuwait.
Lo que quiero decir es que no necesitamos la ayuda de nadie, salvo la de nuestros *queridos lectores ¡por favor sigan viniendo a comprar libros!

P: ¿Piensan abrir una sucursal en Argentina?

L: Se nota que no hiciste bien tu trabajo. Eso también lo contesté en la entrevista del año pasado ¿Sabés qué?, vamos a dejarlo acá.

P: No, por favor, una más

L: Bueno, dale

P: ¿Qué se siente tener tan solo treinta y dos años y haber logrado todo?

L: Estoy aprendiendo a hacer asados. Es lo único que me falta en esta vida. Una vez que haya prendido un fuego y ya no me quede nada por hacer te contaré lo que se siente haber alcanzado la cumbre.

P: Gracias por habernos recibido.

L: Gracias a ustedes.

Off the record:

P: ¿Qué tal? ¿Te sentiste cómodo?

L: Más o menos

P: ¿Cuánto te debemos?

L: sin foto, 300. Con foto, 375.

 

 

Ilustración: @twopiruben