No cerramos en agosto

Jordi Viassolo consigue un trabajo de becario –temporal y mal pagado– en una agencia de detectives de Barcelona. La misión que le encargan es simple: mantener el despacho abierto durante el verano sin meterse en líos. Todo cambia cuando aparece un cliente desesperado asegurando que su mujer ha desaparecido. Se trata de una investigación aparentemente sencilla, perfecta para que el tímido e inexperto Viassolo comience a foguearse en la calle. Sin embargo, el caso se complica y el aprendiz de detective deberá alejarse de la burbuja en la que ha vivido como estudiante y empezar a poner en práctica lo que hasta ahora solo conocía de oídas.

Eduard Palomares recoge el legado del género negro barcelonés para darle una sacudida y adaptarlo a la realidad del siglo xxi: contratos basura, alquileres por las nubes, turismo masivo… El autor convierte así el crimen en una excusa para retratar con lenguaje fresco y directo una Barcelona que evoluciona a un ritmo vertiginoso, la mayor parte de las veces a pesar de sus vecinos. Una novela que es negra, pero también luminosa.

«Una nueva voz de la novela negra barcelonesa. Palomares parte de la mirada de su joven detective protagonista para retratar la Barcelona actual, marcada por la presión inmobiliaria y el turismo de masas. Mientras, sus vecinos, más allá del espejismo de las redes sociales, viven atrapados entre las obligaciones laborales y familiares.» Domingo Villar

«El paisaje y la astuta trama conforman una estimulante lectura. Bienvenida la mirada de este joven que se busca la vida, se mete en problemas y se convierte en héroe.» Lilian Neuman (La Vanguardia)

«Una primera novela que muestra a un autor muy cultivado en el género como lector y que parte de un punto original. (…) Tiene mucho a favor esta historia: la investigación está bien llevada, el tono amable sienta bien y es muy hábil a la hora de recorrer el mundo de los detectives, y sus miserias, a través de la mirada desencantada de un joven precario.» Juan Carlos

19,95

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